Islas Canarias - Primera Hoja

Título

Islas Canarias - Primera Hoja

Año

1849

Autores

Nombre/tipo de área representada

Santa Cruz de Tenerife  /  Provincia

Tipo de objeto cartográfico

Mapa básico en varias hojas   -   Mapa con coordenadas geográficas en marco y malla

Escala

1:280000

Meridiano origen de longitudes

Observatorio de Madrid (3º41’16,58’’ oeste de Greenwich)

Proyección

De Bonne. Meridiano central: 12º oeste del Observatorio de Madrid

Notas y comentario acerca del elemento

Calcografía en acero. Algunos elementos coloreados. 81 x 109 cm. Lámina suelta. Originalmente, plegada en una cartera. Idioma: español.

Mitad occidental del mapa provincial de las Islas Canarias que en la fecha de publicación del mapa formaban una única provincia. Incluye 8 recuadros sin coordenadas con planos de Santa Ctruz de Tenerife, la bahía y ciudad de Santa Cruz y San Miguel de la Palma, la villa de San Sebastián de la Gomera, el fondeadero de Tazacorte, el puerto de Garachico, el de Naos, la caleta de Interian y un mapa de los contornos de Santa Cruz de Tenerife.

Marco graduado con coordenadas geográficas de 1' de resolución. Malla de meridianos y paralelos de 30'. Origen de longitudes en el meridiano del Observatorio de Madrid. Incluye referencias a otros primeros meridianos (Plaza Mayor de Madrid, Cádiz, San Fernando, Ferrol). Varias escalas gráficas en pies (para los distintos planos y mapas de contornos a mayor escala), en millas marítimas de 20 al grado, en leguas de camino real o de 17,5 al grado y en leguas de 8000 varas.

La leyenda incluye 18 signos convencionales referidos a las poblaciones (5), las edificaciones aisladas (8), la red de comunicaciones (2), la hidrografía (1) con sus obras asociadas (1) y los límites administrativos (1). Los usos del suelo están representados del mismo modo que en otras hojas del atlas, pero no se han recogido en la leyenda. También incluye claves alfabéticas para la interpretación de la toponimia y para el detalle del os accidentes geográficos. Batimetría en brazas en los planos de detalle. Relieve representado mediante curvas de configuración. Algunos puntos acotados con alturas sobre el nivel del mar en pies castellanos. Los planos de poblaciones incluyen sus propias claves numéricas con relación de topónimos.

Interpretamos sus fuentes recogidas en nota en la segunda hoja. En primer lugar, las referidas al posicionamiento geodésico:

-- Observaciones astronómicas hechas en la expedición de Jean Charles Borda en 1776, algunas rectificadas en trabajos posteriores de marinos españoles del Depósito Hidrográfico. Se incluye una relación (sin coordendas) de los puntos fijados mediante observaciones astronómicas. También una relación de alturas sobre el nivel del mar en pies de algunos puntos de Tenerife.

Una vez establecidas las posiciones de los puntos principales, la información para cubrir el territorio se obtuvo de:

-- Los mapas incluidos en el Atlas de la 'Histoire Naturelle des Iles Canaries' (1838) de los naturalistas y botánicos Phillip Barker Webb y Sabin Berthelot, basados en reconocimientos realizados entre 1825-1830 y en cartografía previa.

-- Diferentes planos sin identificar de las distintas islas, rectificados por los colaboradores del Diccionario.

Abundantes notas estadísticas e históricas redactadas por Pascual Madoz.

Título de obra a la que pertenece

Atlas de España y sus posesiones de ultramar

Tipo de obra

Atlas en hojas sueltas

Autores de la obra

Editor/impresor

Notas y comentario acerca de la obra a la que pertenece

Colección de 47 láminas sueltas, impresas entre 1847 y 1876, con la pretensión de dotar de una cartografía básica a todas las provincias españolas y sus territorios coloniales. Este objetivo se cumplió para los territorios ultramarinos, pero solo se llegaron a realizar los mapas de 32 de las 49 provincias existentes entonces. También se publicaron algunos planos de poblaciones de otras 11 provincias en varias láminas de suplemento sin mapa provincial. Además de una lámina con el mapa de la ciudad de Madrid y otra con un mapa general de España y Portugal. Disponemos de todas ellas en la colección de la Cartoteca y el Servicio de Cartografía de la UAM.

El Atlas fue concebido por Pascual Madoz como la base cartográfica de su monumental 'Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar'. Madoz y Coello crearon la empresa privada que se encargó de dar forma al Atlas cubriendo la inexistencia de una cartografía básica oficial en España a mediados del s.XIX. Dada la relevancia política de ambos, especialmente la de Madoz, llegaron a contar con importantes apoyos oficiales concretados en forma de subvenciones económicas directas o indirectas y en la facilidad de acceso a datos de distintas instituciones. Obtuvieron estos apoyos con independencia del color político del gobierno, pero fueron más intensos entre 1858 y 1866, época en la que, coincidiendo con el ascenso de la Unión Liberal, Coello ostentó sus cargos públicos de mayor relevancia en la Comisión y en la Junta General de Estadística. Desde allí controlaba y organizaba todos los trabajos cartográficos oficiales.

Pero en 1866, en un nuevo regreso al poder del partido Moderado, la Junta de Estadística es desposeída prácticamente de todas sus competencias cartográficas. Coello, desautorizado y sin funciones, dimite de sus cargos y vuelve a dedicarse exclusivamente a la edición de su Atlas pero, privado ahora de acceso a la documentación oficial y de apoyo económico, los trabajos decaen. En 1870, año en el que muere su socio Pascual Madoz, se publica el mapa de Asturias, el último del Atlas que se ofrecerá al público. En 1876 llegan a imprimirse las pruebas de la hoja de Albacete.

Este Atlas significó un gran avance cartográfico en España, nada parecido se había realizado hasta entonces. Su escala 1:200.000 permitía situar la práctica totalidad de las poblaciones de las provincias, tal y como requería el Diccionario Geográfico. El amplio catálogo de elementos representados, recogidos en su completa leyenda, lo equiparaba a la cartografía básica que se estaba elaborando en otros países europeos, además, su representación del relieve no se había acometido nunca antes de manera tan completa en España. Sin embargo, aún quedó lejos ser la cartografía de propósito general de la que carecía el país. Solo llegó a cubrir escasamente la mitad del territorio peninsular. Lo que iba a ser una obra realizada en pocos años se alargó por más de veinticinco y quedó inconclusa. Otra gran deficiencia fue que adoleció de un muy endeble ajuste geodésico, lo que en su época ya no estaba justificado para un mapa de estas características. Coello utilizó triangulaciones y operaciones geodésicas de diversa procedencia que no cubrían todo el territorio ni llegaban a conectarse correctamente entre sí. Su empresa no contaba con los medios para realizar una red de triangulación propia que conectara toda España, de modo que realizó ajustes parciales de los datos geodésicos a los que pudo acceder en cada provincia. Por tanto, cada mapa provincial resulta ser un mapa aislado, sin continuidad geométrica con los de las provincias adyacentes, y con un rigor posicional muy desigual dependiendo de la calidad de las fuentes utilizadas. Fuentes que casi siempre cita en sus textos de "ADVERTENCIA", dada su fuerte dependencia de ellas. Más allá de los reconocimientos y amplios recorridos del equipo de comisonados de Coello, el Atlas no se construyó sobre una campaña sistemática de levantamientos geométricos.

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