A lo largo de la historia, la cartografía científica se ha fundamentado en los principios ptolemaicos asumiendo como unidades de posicionamiento los grados de latitud y longitud. La latitud tomó su origen en el Ecuador, círculo máximo entre los paralelos terrestres y referencia incuestionable en la toma de datos basada en la altura de los cuerpos celestes sobre el horizonte. Sin embargo, el origen de la longitud careció de una base tan evidente; todos los meridianos son segmentos de círculos máximos y ninguno de ellos establece una referencia astronómica más relevante que la de los demás. Por tanto, el origen de longitudes siempre fue una convención. La tradición cartográfica iniciaba la medida de la longitud en el extremo más occidental del ecúmeno, que la cultura clásica situaba en las Islas Afortunadas. Con el establecimiento de observatorios astronómicos científicos a lo largo de los siglos XVII y XVIII, las diferentes escuelas cartográficas vinculadas a estos centros comenzaron a tomar sus referencias desde cada uno de ellos. Aunque tampoco dejaron de utilizarse los antiguos meridianos occidentales de las Islas Canarias y aún otros más particulares. También en el caso de España, los antiguos cartógrafos iniciaron la medida de la longitud desde distintos meridianos para la construcción de sus mapas. Trataremos aquí los más habituales.
El manejo de la antigua cartografía en la web y, en general, con las actuales Tecnologías de la Información cobra verdadero sentido cuando logramos la puesta en relación de todos los mapas utilizando un sistema de referencia de coordenadas común. Éste habrá de establecerse sobre el actual meridiano universal de Greenwich, utilizado de forma estandarizada en todo el software cartográfico. Por tanto, debemos conocer la posición de los antiguos meridianos con respecto al actual sistema de referencia mundial, datos cuya recopilación o cálculo no siempre son inmediatos y que ofreceremos aquí.
Para aclarar la cuestión de la posición de los antiguos meridianos de referencia, conviene recordar la diferencia entre coordenadas astronómicas y coordenadas geodésicas1. En ambos casos se expresan en forma de latitud y longitud. Las primeras son las coordenadas observadas con procedimientos astronómicos y están referidas a la posición del punto sobre la superficie física de la tierra o geoide, marcada por la gravedad con la línea de plomada. Las coordenadas geodésicas son las coordenadas ajustadas matemáticamente sobre un determinado elipsoide y se refieren a la perpendicular del punto sobre ese elipsoide. Para el establecimiento de un determinado datum, se suelen hacer coincidir las coordenadas astronómicas y las coordenadas geodésicas del punto de origen del datum o punto fundamental (Madrid, París, Postdam, Pulkovo…). Es decir, La separación entre el geoide y el elipsoide de referencia elegido, así como la desviación de la vertical entre la línea de gravedad y la perpendicular al elipsoide se hacen igual a cero en ese punto.
Podría pensarse que para el propósito de conocer la longitud respecto a Greenwich de los antiguos meridianos bastaría con localizar en la cartografía actual el punto que marca su posición sobre la superficie terrestre – el pico del Teide, la costa más occidental de la isla de El Hierro, el observatorio de Cádiz o el de París – y leer sus coordenadas. Pero así solo obtendríamos sus coordenadas geodésicas en el sistema de referencia de la cartografía consultada, es decir la posición establecida por la perpendicular del punto sobre el elipsoide de referencia de la cartografía actual. Los antiguos meridianos no se fijaban sobre ningún elipsoide, menos aún sobre cualquiera de los utilizados actualmente. En general, ningún punto origen de ningún datum ni ningún meridiano de referencia se define mediante coordenadas geodésicas respecto a un elipsoide. Su posición se calculaba mediante procedimientos astronómicos para establecerse sobre la figura física de la tierra. Sólo una vez establecidas así las coordenadas geográficas astronómicas del punto fundamental se puede definir un datum haciendo coincidir en ese punto el elipsoide elegido con el geoide2. A medida que nos separamos de ese punto, las coordenadas geodésicas pueden alejarse significativamente de las astronómicas de decenas a centenares de metros. Por tanto, en el asunto de las longitudes de los antiguos meridianos, necesitamos conocer sus coordenadas geográficas astronómicas y esto no es tan inmediato.
Algunos países continuaron utilizando sus meridianos nacionales mucho tiempo después de haber asumido los resultados de la conferencia de Washington de 1884 en la que se estableció Greenwich como meridiano universal. Francia y España mantuvieron los meridianos de los observatorios de París y de Madrid, respectivamente, como origen de las coordenadas de su cartografía hasta bien entrado el siglo XX, casi el XXI en el caso de Francia. Gracias a esta tenacidad localista, los Institutos Geográficos Nacionales de Francia y de España se vieron obligados a realizar cálculos precisos con procedimientos actuales para permitir la transformación habitual entre sus coordenadas y las referidas al meridiano de Greenwich. De este modo, quedaron bien establecidas las diferencias de longitud del meridiano de Greenwich con el del observatorio de Madrid en 3º41’16,58’’ al oeste (-3,687938888888 grados decimales) y con el de París a 2º20’14,025’’ al este3 (2,3372291666666669 grados decimales); y así lo podemos encontrar recogido en el software cartográfico actual. Lamentablemente, tales diferencias no fueron calculadas ni establecidas del mismo modo para otros meridianos de uso más antiguo como el de Tenerife o el meridiano viejo de Cádiz.
También hay que tener en cuenta que el observatorio astronómico de Madrid no se estableció en su posición actual en el cerro del Retiro hasta 1790, por tanto, los mapas anteriores que utilicen el meridiano de Madrid forzosamente estarán manejando una posición distinta de ese meridiano para la que no servirán los datos calculados por el Instituto Geográfico. De hecho, podía ser habitual hacer pasar el antiguo meridiano de la capital por su plaza Mayor. El cartógrafo del siglo XIX Francisco Coello ofrece referencias al meridiano de la plaza Mayor de Madrid situándolo a 1’12,7’’ oeste del meridiano del observatorio astronómico. Pero, además, otros cartógrafos emplearon sus propios meridianos de Madrid. Isidoro de Antillón (1778-1814) situaba el origen de sus longitudes en el meridiano que pasaba por el Seminario de Nobles, del que tanto el marino y geodesta Jorge Juan como él mismo fueron directores y en el que pudieron fijar sus propias observaciones.
El caso del meridiano de El Hierro o de Ferro es singular. Su uso arranca desde muy antiguo como punto más occidental del ecúmeno en la antigüedad clásica y, luego, continuó siendo utilizado. La tradición cartográfica francesa lo situaba exactamente a 20º al oeste del meridiano de París y así quedó después de la simplificación establecida por Guillaume Delisle en 17224. Posteriormente, durante la expedición de Verdun y Borda de 1789, se realizaron mediciones más precisas que situaban la costa occidental de la isla de El Hierro a 20º31’ de la capital francesa. Pero, por tradición y por facilidad de cálculo, aun sabiéndose que no pasaba exactamente por la isla de El Hierro, el meridiano se mantuvo a 20º exactos de París como referencia durante todo el siglo XIX5. Por eso Francia defendió su uso como meridiano origen de la latitud universal en la conferencia de Washington6. El hecho es que se trata de un meridiano de posición bien conocida con respecto a Greenwich y cuyo uso continuado ha justificado que sea incluido en los programas cartográficos habituales con su posición ajustada a 17º40’4,26’’ oeste de Greenwich (-17,6666666666666680 grados decimales).
Pero la isla de El Hierro está donde la observó Jean Charles Borda, no 31’ más al este, de modo que el asumido como meridiano de Ferro o de El Hierro, realmente, pasa entre las islas de El Hierro y La Gomera. Ante esta paradoja, algunos cartógrafos, sobre todo españoles, sí corrigieron la posición de este meridiano. Francisco Coello lo situó siguiendo a Borda a 20º31’56’’ del observatorio de París. Suele referirse a él como “meridiano de la Punta de la Dehesa (Isla de Hierro)” para indicar claramente que pasa por el punto más occidental de esta isla, punto que también recibe el nombre de Punta de Orchilla.
En resumen, antes de la expedición de 1789, asumimos que el meridiano de El Hierro es el mismo que va a mantenerse por los cartógrafos franceses a 20º de París y que terminará incluyéndose, con ligeros arreglos de cálculo, en el software cartográfico. Después de esa fecha, hay que tener en cuenta que algunos cartógrafos pudieron utilizar la posición más ajustada del extremo de la isla y su meridiano a unos 20º31’ de París. Si no se nos indica que el meridiano empleado es el de la Punta de la Dehesa o de Orchilla y solo se hace referencia al meridiano de El Hierro, tendremos que comprobar con otras referencias si se trata de uno u otro meridiano, especialmente tratándose de cartografía española.
Las cartas náuticas de los marinos españoles situaban su origen de longitudes en esta ciudad. Pero el Meridiano de Cádiz fueron dos. El primero de ellos estaba en el inicial observatorio de Cádiz situado en el Castillo Viejo de la ciudad que albergaba la escuela de Guardias Marinas desde mediados del siglo XVIII. En 1798 Se construyó el nuevo observatorio de Cádiz en la Isla de León, en San Fernando. Y allí se estableció el nuevo meridiano a partir de las operaciones para su traslado realizadas en 17997 que trataremos más adelante.
En el siglo XIX el castillo viejo de Cádiz fue desmantelado y actualmente no quedan restos de su construcción. Por consiguiente, no es fácil determinar la posición exacta del meridiano con mediciones actuales. Es conocida la ubicación de esta fortaleza en el espacio limitado por las calles San Juan de Dios al este, Mesón nuevo al norte y Silencio al oeste, junto al teatro romano cuyas piedras se habían utilizado en la construcción del castillo8. Las ruinas del observatorio aparecen señaladas en ese lugar, todavía presentes, en el plano de Cádiz publicado por Coello en 1868.
Las primeras cartas de la Dirección de Hidrografía – constituida en 1789 – estaban referidas al meridiano viejo de Cádiz y así siguieron estándolo las de principios del siglo XIX a pesar del establecimiento del nuevo meridiano en San Fernando. Una Real Orden de 1850 obligaba a que las cartas utilizaran el nuevo meridiano, aunque el año siguiente se siguió pidiendo a la Dirección Hidrográfica que fijara con exactitud la diferencia entre ambos para poder hacer efectiva la Orden anterior9.
La posición del meridiano viejo era bien conocida en la época. Los mejores geodestas – Jorge Juan, Godin, Tofiño, Mechain – habían realizado numerosas mediciones con respecto al meridiano de París. José Espinosa y Tello, en la década de 1790, las promedió y compensó estableciendo su diferencia en 34 minutos 28 segundos de tiempo al oeste (=8º37’ de longitud). Otras observaciones, también numerosas, con referencia a Greenwich daban una diferencia promedio con el observatorio londinense de 6º17’ al oeste10.
Teniendo en cuenta que la longitud geográfica aceptada actualmente para el meridiano de París es de 2º20’14,025’’ este de Greenwich, restando la diferencia calculada y aceptada por los marinos del siglo XVIII entre los observatorios de París y Cádiz (8º37’), obtendremos que la longitud geográfica del meridiano viejo de Cádiz es de 6º17’14,025’’ oeste de Greenwich (-6,287229166666670 grados decimales). Podemos establecer que esta es la posición del meridiano de referencia utilizado en las cartas de la Dirección de Trabajos Hidrográficos o Dirección de Hidrografía hasta mediados del siglo XIX.
Hay que llamar la atención sobre el hecho de que el magnífico Atlas Marítimo de Vicente Tofiño, publicado en 1789, se realizó antes de que Espinosa y Tello promediara y fijara la diferencia de longitud entre Cádiz y París en 8º37’. En las cartas del Atlas tal diferencia queda en 8º36’ y así se puede leer en sus marcos graduados de longitudes según el meridiano de París.
Gracias al afán de Tofiño por incluir marcos graduados con referencia a los distintos meridianos, en la carta de las Islas Azores encontramos también la graduación referida al meridano de Greenwich cuya diferencia con el de Cádiz resulta ser aquí de 6º16’, es decir, también un minuto menor que la promediada y establecida poco después en 6º17’. Los ajustes, promedios y nuevas observaciones terminaron por corregir los datos sobre la posición de París y Greenwich con respecto a Cádiz que Tofiño registró en sus Cartas. No podemos manejar dos meridianos viejos de Cádiz – el de Tofiño y el de Espinosa y Tello – porque dificultaríamos la comparación de todas las cartas, por tanto, aunque señalemos aquí esta diferencia, utilizaremos los datos ajustados y corregidos por Espinosa y Tello para establecer la posición del meridiano de Cádiz en todas nuestras operaciones con las cartas vinculadas a la Dirección Hidrográfica, incluidas las del Atlas de Tofiño.
Cuando se construyó el nuevo edificio para el Observatorio en la Isla de León se calculó su posición con respecto al antiguo Observatorio de Cádiz. En 1799 se estableció que la diferencia de meridianos entre ambos observatorios era de 21,5 segundos de tiempo11, correspondientes a 5’22,5’’ de arco. No debemos tomar como definitiva esta cifra porque, como se ha dicho, en 1851 todavía se pide a la Dirección Hidrográfica que la fije con exactitud.
En la documentación de la Dirección de Hidrografía que acompañaba a las cartas publicadas, concretamente la página de abreviaturas y signos convencionales publicada en 1873, hay referencia a los “Meridianos adoptados en la construcción de cartas extrangeras”. Allí aparecen las referencias a los meridianos de Greenwich y de París con respecto al observatorio de San Fernando: París se sitúa a 8º32’35’’ al este y Greenwich a 6º12’25’’12. Según estos datos, la diferencia entre Greenwich y París sería de 2º20’10’’, siendo la diferencia actualmente comprobada entre ambos observatorios europeos de 2º20’14,025’’.
En las últimas cartas publicadas por la Dirección de Hidrografía en los primeros años del siglo XX, se insertaba una nota con el siguiente texto: “El meridiano de Greenwich está 6º12’20’’ al E. del de San Fernando”13, corrigiendo en 5’’ la posición referida en 1873, acercándola más a su diferencia actual con el meridiano de París.
Por tanto, la longitud geográfica del meridiano de San Fernando sería, según estos últimos cálculos, de 6º12’20’’ oeste de Greenwich (-6,205555555555560 grados decimales) y Así aparece referida en algunas publicaciones actuales14. Si comparamos esta longitud del meridiano de San Fernando y la establecida más arriba para el meridiano de Cádiz (6º17’14,025’’) con respecto a Greenwich, encontramos que su diferencia es de 4’54,025’’. Esta cifra se aleja 28,475’’ (aproximadamente 700 metros) de la diferencia de 5’22,5’’ calculada en 1799 durante las operaciones de traslado del meridiano de Cádiz al nuevo observatorio de San Fernando. Parece que las reticencias expresadas años más tarde, exigiendo un cálculo más ajustado, estaban justificadas. En cualquier caso, recordemos que el nuevo meridiano de San Fernando no se utilizó en la elaboración de las cartas náuticas hasta tiempo después de 1850 y que poco más adelante, en 1907, las cartas náuticas españolas pasaron a utilizar el meridiano de Greenwich15, mucho antes que nuestra cartografía terrestre.
También nombrado como meridiano del Teide o del pico de Tenerife, utilizado con frecuencia en la cartografía holandesa y, también, por Tomás López (1730-1802) en su Atlas Geográfico de España. Para este antiguo meridiano tampoco disponemos de datos precisos actualizados. Volveremos a acudir a las observaciones de los marinos ilustrados del siglo XVIII. Podemos deducir su longitud geográfica a partir de la lectura de las cartas del ya referido Atlas Marítimo de Tofiño16. Concretamente, aquellas en las que aparecen marcos de referencia graduados según los meridianos de Tenerife y de Cádiz y, más fácilmente, en los marcos en los que la línea del meridiano cero de Cádiz corta el marco graduado según el meridiano de Tenerife. Esto sucede en la carta de la costa de España en el Mediterráneo y, también, en la más detallada de la costa de Asturias. En ellas se lee claramente que la longitud del meridiano de Tenerife es de 10º22’ oeste de Cádiz.
Teniendo en cuenta la posición que ya hemos calculado para el antiguo meridiano de Cádiz a 6º17’14,025’’ oeste del meridiano de Greenwich, la longitud del antiguo meridiano de Tenerife será 16º39’14.025’’ oeste de Greenwich (-16,653895833333300 grados decimales). A 1º0’50,235’’ del de la isla de El Hierro.
1. Iliffe, J. y Lott, R. (2000). Datums and Map Projections For Remote Sensing, GIS and Surveying. Dumbeath, Scotland, Whittles Publishing, 160pp, p. 21 y ss.
2. Iliffe, J. y Lott, R. (2000). Datums and Map Projections For Remote Sensing, GIS and Surveying. Dumbeath, Scotland, Whittles Publishing, 160pp, p. 21 y ss
3. Service de Géodésie et Nivellemet-IGN. Quelle est la différence entre le méridien de Greenwich et le méridien de Paris?. Consultado el 29/04/2015 en http://www.ign.fr/
4. Lagarde, Lucie (1979). Historique du problème du Méridien origine en France. En: Revue d´histoire des sciences. 1979, Tome 32, n°4. pp. 289-304.
5. Lagarde, Lucie (1979). Historique du problème du Méridien origine en France. En: Revue d´histoire des sciences. 1979, Tome 32, n°4. pp. 289-304.
6. Doble Gutiérrez, S. (2010). La estandarización del meridiano de Greenwich. Consultado el 28/04/2015, en http://www.divulgameteo.es
7. González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp, p. 153
8. Cano, J.M. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo II: `Catálogo de las cartas náuticas publicadas´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, p. 12
9. González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp, p. 152-155
10. Lafuente, A. y Selles, M. (1988). El Observatorio de Cádiz (1753-1831). Madrid, Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, 469pp, p. 305 - 308
11. Lafuente, A. y Selles, M. (1988). El Observatorio de Cádiz (1753-1831). Madrid, Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, 469pp, p. 311
12. Reproducido en: González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp, p. 129
13. Consultar en: Cano, J.M. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo II: `Catálogo de las cartas náuticas publicadas´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, p. 402
14. Cruz Sánchez, T. (consultado el 09/04/2015). El guardián del tiempo. Real instituto y observatorio de la Armada. Consultado en Uciencia. Universidad de Málaga, http://www.uciencia.uma.es/Revista-Uciencia
15. Reproducido en: González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp, p. 155
16. Tofiño de San Miguel, V. (1789). Atlas Marítimo de España. Madrid, Depósito Hidrográfico. Ejemplar en la Biblioteca Nacional de España, signatura GMG/122
Cano, J.M. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo II: `Catálogo de las cartas náuticas publicadas´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG
Cruz Sánchez, T. (consultado el 09/04/2015). El guardián del tiempo. Real instituto y observatorio de la Armada. Consultado en Uciencia. Universidad de Málaga, http://www.uciencia.uma.es/Revista-Uciencia
Doble Gutiérrez, S. (2010). La estandarización del meridiano de Greenwich. Consultado el 28/04/2015, en http://www.divulgameteo.es
González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp
Iliffe, J. y Lott, R. (2000). Datums and Map Projections For Remote Sensing, GIS and Surveying. Dumbeath, Scotland, Whittles Publishing, 160pp
Lafuente, A. y Selles, M. (1988). El Observatorio de Cádiz (1753-1831). Madrid, Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, 469pp
Lagarde, Lucie (1979). Historique du problème du Méridien origine en France. En: Revue d´histoire des sciences. 1979, Tome 32, n°4. pp. 289-304.
Service de Géodésie et Nivellemet-IGN. Quelle est la différence entre le méridien de Greenwich et le méridien de Paris?. Consultado el 29/04/2015 en http://www.ign.fr/
Tofiño de San Miguel, V. (1789). Atlas Marítimo de España. Madrid, Depósito Hidrográfico. Ejemplar en la Biblioteca Nacional de España, signatura GMG/122
A lo largo de la historia, la cartografía científica se ha fundamentado en los principios ptolemaicos asumiendo como unidades de posicionamiento los grados de latitud y longitud. La latitud tomó su origen en el Ecuador, círculo máximo entre los paralelos terrestres y referencia incuestionable en la toma de datos basada en la altura de los cuerpos celestes sobre el horizonte. Sin embargo, el origen de la longitud careció de una base tan evidente; todos los meridianos son segmentos de círculos máximos y ninguno de ellos establece una referencia astronómica más relevante que la de los demás. Por tanto, el origen de longitudes siempre fue una convención. La tradición cartográfica iniciaba la medida de la longitud en el extremo más occidental del ecúmeno, que la cultura clásica situaba en las Islas Afortunadas. Con el establecimiento de observatorios astronómicos científicos a lo largo de los siglos XVII y XVIII, las diferentes escuelas cartográficas vinculadas a estos centros comenzaron a tomar sus referencias desde cada uno de ellos. Aunque tampoco dejaron de utilizarse los antiguos meridianos occidentales de las Islas Canarias y aún otros más particulares. También en el caso de España, los antiguos cartógrafos iniciaron la medida de la longitud desde distintos meridianos para la construcción de sus mapas. Trataremos aquí los más habituales.
El manejo de la antigua cartografía en la web y, en general, con las actuales Tecnologías de la Información cobra verdadero sentido cuando logramos la puesta en relación de todos los mapas utilizando un sistema de referencia de coordenadas común. Éste habrá de establecerse sobre el actual meridiano universal de Greenwich, utilizado de forma estandarizada en todo el software cartográfico. Por tanto, debemos conocer la posición de los antiguos meridianos con respecto al actual sistema de referencia mundial, datos cuya recopilación o cálculo no siempre son inmediatos y que ofreceremos aquí.
Para aclarar la cuestión de la posición de los antiguos meridianos de referencia, conviene recordar la diferencia entre coordenadas astronómicas y coordenadas geodésicas1. En ambos casos se expresan en forma de latitud y longitud. Las primeras son las coordenadas observadas con procedimientos astronómicos y están referidas a la posición del punto sobre la superficie física de la tierra o geoide, marcada por la gravedad con la línea de plomada. Las coordenadas geodésicas son las coordenadas ajustadas matemáticamente sobre un determinado elipsoide y se refieren a la perpendicular del punto sobre ese elipsoide. Para el establecimiento de un determinado datum, se suelen hacer coincidir las coordenadas astronómicas y las coordenadas geodésicas del punto de origen del datum o punto fundamental (Madrid, París, Postdam, Pulkovo…). Es decir, La separación entre el geoide y el elipsoide de referencia elegido, así como la desviación de la vertical entre la línea de gravedad y la perpendicular al elipsoide se hacen igual a cero en ese punto.
Podría pensarse que para el propósito de conocer la longitud respecto a Greenwich de los antiguos meridianos bastaría con localizar en la cartografía actual el punto que marca su posición sobre la superficie terrestre – el pico del Teide, la costa más occidental de la isla de El Hierro, el observatorio de Cádiz o el de París – y leer sus coordenadas. Pero así solo obtendríamos sus coordenadas geodésicas en el sistema de referencia de la cartografía consultada, es decir la posición establecida por la perpendicular del punto sobre el elipsoide de referencia de la cartografía actual. Los antiguos meridianos no se fijaban sobre ningún elipsoide, menos aún sobre cualquiera de los utilizados actualmente. En general, ningún punto origen de ningún datum ni ningún meridiano de referencia se define mediante coordenadas geodésicas respecto a un elipsoide. Su posición se calculaba mediante procedimientos astronómicos para establecerse sobre la figura física de la tierra. Sólo una vez establecidas así las coordenadas geográficas astronómicas del punto fundamental se puede definir un datum haciendo coincidir en ese punto el elipsoide elegido con el geoide2. A medida que nos separamos de ese punto, las coordenadas geodésicas pueden alejarse significativamente de las astronómicas de decenas a centenares de metros. Por tanto, en el asunto de las longitudes de los antiguos meridianos, necesitamos conocer sus coordenadas geográficas astronómicas y esto no es tan inmediato.
Algunos países continuaron utilizando sus meridianos nacionales mucho tiempo después de haber asumido los resultados de la conferencia de Washington de 1884 en la que se estableció Greenwich como meridiano universal. Francia y España mantuvieron los meridianos de los observatorios de París y de Madrid, respectivamente, como origen de las coordenadas de su cartografía hasta bien entrado el siglo XX, casi el XXI en el caso de Francia. Gracias a esta tenacidad localista, los Institutos Geográficos Nacionales de Francia y de España se vieron obligados a realizar cálculos precisos con procedimientos actuales para permitir la transformación habitual entre sus coordenadas y las referidas al meridiano de Greenwich. De este modo, quedaron bien establecidas las diferencias de longitud del meridiano Greenwich con el del observatorio de Madrid en 3º41’16,58’’ al oeste (-3,687938888888 grados decimales) y con el de París a 2º20’14,025’’ al este3 (2,3372291666666669 grados decimales); y así lo podemos encontrar recogido en el software cartográfico actual. Lamentablemente, tales diferencias no fueron calculadas ni establecidas el mismo modo para otros meridianos de uso más antiguo como el de Tenerife o el meridiano viejo de Cádiz.
También hay que tener en cuenta que el observatorio astronómico de Madrid no se estableció en su posición actual en el cerro del Retiro hasta 1790, por tanto, los mapas anteriores que utilicen el meridiano de Madrid forzosamente estarán manejando una posición distinta de ese meridiano para la que no servirán los datos calculados por el Instituto Geográfico. De hecho, podía ser habitual hacer pasar el antiguo meridiano de la capital por su plaza Mayor. El cartógrafo del siglo XIX Francisco Coello ofrece referencias al meridiano de la plaza Mayor de Madrid situándolo a 1’12,7’’ oeste del meridiano del observatorio astronómico. Pero, además, otros cartógrafos emplearon sus propios meridianos de Madrid. Isidoro de Antillón (1778-1814) situaba el origen de sus longitudes en el meridiano que pasaba por el Seminario de Nobles, del que tanto el marino y geodesta Jorge Juan como él mismo fueron directores y en el que pudieron fijar sus propias observaciones.
El caso del meridiano de El Hierro o de Ferro es singular. Su uso arranca desde muy antiguo como punto más occidental del ecúmeno en la antigüedad clásica y, luego, continuó siendo utilizado. La tradición cartográfica francesa lo situaba exactamente a 20º al oeste del meridiano de París y así quedó después de la simplificación establecida por Guillaume Delisle en 17224. Posteriormente, durante la expedición de Verdun y Borda de 1789, se realizaron mediciones más precisas que situaban la costa occidental de la isla de El Hierro a 20º31’ de la capital francesa. Pero, por tradición y por facilidad de cálculo, , aun sabiéndose que no pasaba exactamente por la isla de El Hierro, el meridiano se mantuvo a 20º exactos de París como referencia durante todo el siglo XIX5. Por eso Francia defendió su uso como meridiano origen de la latitud universal en la conferencia de Washington6. El hecho es que se trata de un meridiano de posición bien conocida con respecto a Greenwich y cuyo uso continuado ha justificado que sea incluido en los programas cartográficos habituales con su posición ajustada a 17º40’4,26’’ oeste de Greenwich (-17,6666666666666680 grados decimales).
Pero la isla de El Hierro está donde la observó Jean Charles Borda, no 31’ más al este, de modo que el asumido como meridiano de Ferro o de El Hierro, realmente, pasa entre las islas de El Hierro y La Gomera. Ante esta paradoja, algunos cartógrafos, sobre todo españoles, sí corrigieron la posición de este meridiano. Francisco Coello lo situó siguiendo a Borda a 20º31’56’’ del observatorio de París. Suele referirse a él como “meridiano de la Punta de la Dehesa (Isla de Hierro)” para indicar claramente que pasa por el punto más occidental de esta isla, punto que también recibe el nombre de Punta de Orchilla.
En resumen, antes de la expedición de 1789, asumimos que el meridiano de El Hierro es el mismo que va a mantenerse por los cartógrafos franceses a 20º de París y que terminará incluyéndose, con ligeros arreglos de cálculo, en el software cartográfico. Después de esa fecha, hay que tener en cuenta que algunos cartógrafos pudieron utilizar la posición más ajustada del extremo de la isla y su meridiano a unos 20º31’ de París. Si no se nos indica que el meridiano empleado es el de la Punta de la Dehesa o de Orchilla y solo se hace referencia al meridiano de El Hierro, tendremos que comprobar con otras referencias si se trata de uno u otro meridiano, especialmente tratándose de cartografía española.
Las cartas náuticas de los marinos españoles situaban su origen de longitudes en esta ciudad. Pero el Meridiano de Cádiz fueron dos. El primero de ellos estaba en el inicial observatorio de Cádiz situado en el Castillo Viejo de la ciudad que albergaba la escuela de Guardias Marinas desde mediados del siglo XVIII. En 1798 Se construyó el nuevo observatorio de Cádiz en la Isla de León, en San Fernando. Y allí se estableció el nuevo meridiano a partir de las operaciones para su traslado realizadas en 17997 que trataremos más adelante.
En el siglo XIX el castillo viejo de Cádiz fue desmantelado y actualmente no quedan restos de su construcción. Por consiguiente, no es fácil determinar la posición exacta del meridiano con mediciones actuales. Es conocida la ubicación de esta fortaleza en el espacio limitado por las calles San Juan de Dios al este, Mesón nuevo al norte y Silencio al oeste, junto al teatro romano cuyas piedras se habían utilizado en la construcción del castillo8. Las ruinas del observatorio aparecen señaladas en ese lugar, todavía presentes, en el plano de Cádiz publicado por Coello en 1868.
Las primeras cartas de la Dirección de Hidrografía – constituida en 1789 – estaban referidas al meridiano viejo de Cádiz y así siguieron estándolo las de principios del siglo XIX a pesar del establecimiento del nuevo meridiano en San Fernando. Una Real Orden de 1850 obligaba a que las cartas utilizaran el nuevo meridiano, aunque el año siguiente se siguió pidiendo a la Dirección Hidrográfica que fijara con exactitud la diferencia entre ambos para poder hacer efectiva la Orden anterior9.
La posición del meridiano viejo era bien conocida en la época. Los mejores geodestas – Jorge Juan, Godin, Tofiño, Mechain – habían realizado numerosas mediciones con respecto al meridiano de París. José Espinosa y Tello, en la década de 1790, las promedió y compensó estableciendo su diferencia en 34 minutos 28 segundos de tiempo al oeste (=8º37’ de longitud). Otras observaciones, también numerosas, con referencia a Greenwich daban una diferencia promedio con el observatorio londinense de 6º17’ al oeste10.
Teniendo en cuenta que la longitud geográfica aceptada actualmente para el meridiano de París es de 2º20’14,025’’ este de Greenwich, restando la diferencia calculada y aceptada por los marinos del siglo XVIII entre los observatorios de París y Cádiz (8º37’), obtendremos que la longitud geográfica del meridiano viejo de Cádiz es de 6º17’14,025’’ oeste de Greenwich (-6,287229166666670 grados decimales). Podemos establecer que esta es la posición del meridiano de referencia utilizado en las cartas de la Dirección de Trabajos Hidrográficos o Dirección de Hidrografía hasta mediados del siglo XIX.
Hay que llamar la atención sobre el hecho de que el magnífico Atlas Marítimo de Vicente Tofiño, publicado en 1789, se realizó antes de que Espinosa y Tello promediara y fijara la diferencia de longitud entre Cádiz y París en 8º37’. En las cartas del Atlas tal diferencia queda en 8º36’ y así se puede leer en sus marcos graduados de longitudes según el meridiano de París.
Gracias al afán de Tofiño por incluir marcos graduados con referencia a los distintos meridianos, en la carta de las Islas Azores encontramos también la graduación referida al meridano de Greenwich cuya diferencia con el de Cádiz resulta ser aquí de 6º16’, es decir, también un minuto menor que la promediada y establecida poco después en 6º17’. Los ajustes, promedios y nuevas observaciones terminaron por corregir los datos sobre la posición de París y Greenwich con respecto a Cádiz que Tofiño registró en sus Cartas. No podemos manejar dos meridianos viejos de Cádiz – el de Tofiño y el de Espinosa y Tello – porque dificultaríamos la comparación de todas las cartas, por tanto, aunque señalemos aquí esta diferencia, utilizaremos los datos ajustados y corregidos por Espinosa y Tello para establecer la posición del meridiano de Cádiz en todas nuestras operaciones con las cartas vinculadas a la Dirección Hidrográfica, incluidas las del Atlas de Tofiño.
Cuando se construyó el nuevo edificio para el Observatorio en la Isla de León se calculó su posición con respecto al antiguo Observatorio de Cádiz. En 1799 se estableció que la diferencia de meridianos entre ambos observatorios era de 21,5 segundos de tiempo11, correspondientes a 5’22,5’’ de arco. No debemos tomar como definitiva esta cifra porque, como se ha dicho, en 1851 todavía se pide a la Dirección Hidrográfica que la fije con exactitud.
En la documentación de la Dirección de Hidrografía que acompañaba a las cartas publicadas, concretamente la página de abreviaturas y signos convencionales publicada en 1873, hay referencia a los “Meridianos adoptados en la construcción de cartas extrangeras”. Allí aparecen las referencias a los meridianos de Greenwich y de París con respecto al observatorio de San Fernando: París se sitúa a 8º32’35’’ al este y Greenwich a 6º12’25’’12. Según estos datos, la diferencia entre Greenwich y París sería de 2º20’10’’, siendo la diferencia actualmente comprobada entre ambos observatorios europeos de 2º20’14,025’’.
En las últimas cartas publicadas por la Dirección de Hidrografía en los primeros años del siglo XX, se insertaba una nota con el siguiente texto: “El meridiano de Greenwich está 6º 12’ 20’’ al E. del de San Fernando”13, corrigiendo en 5’’ la posición referida en 1873, acercándola más a su diferencia actual con el meridiano de París.
Por tanto, la longitud geográfica del meridiano de San Fernando sería, según estos últimos cálculos, de 6º12’20’’ oeste de Greenwich (-6,205555555555560 grados decimales) y Así aparece referida en algunas publicaciones actuales14. Si comparamos esta longitud del meridiano de San Fernando y la establecida más arriba para el meridiano de Cádiz (6º17’14,025’’) con respecto a Greenwich, encontramos que su diferencia es de 4’54,025’’. Esta cifra se aleja 28,475’’ (aproximadamente 700 metros) de la diferencia de 5’22,5’’ calculada en 1799 durante las operaciones de traslado del meridiano de Cádiz al nuevo observatorio de San Fernando. Parece que las reticencias expresadas años más tarde, exigiendo un cálculo más ajustado, estaban justificadas. En cualquier caso, recordemos que el nuevo meridiano de San Fernando no se utilizó en la elaboración de las cartas náuticas hasta tiempo después de 1850 y que poco más adelante, en 1907, las cartas náuticas españolas pasaron a utilizar el meridiano de Greenwich15, mucho antes que nuestra cartografía terrestre.
También nombrado como meridiano del Teide o del pico de Tenerife, utilizado con frecuencia en la cartografía holandesa y, también, por Tomás López (1730-1802) en su Atlas Geográfico de España. Para este antiguo meridiano tampoco disponemos de datos precisos actualizados. Volveremos a acudir a las observaciones de los marinos ilustrados del siglo XVIII. Podemos deducir su longitud geográfica a partir de la lectura de las cartas del ya referido Atlas Marítimo de Tofiño16. Concretamente, aquellas en las que aparecen marcos de referencia graduados según los meridianos de Tenerife y de Cádiz y, más fácilmente, en los marcos en los que la línea del meridiano cero de Cádiz corta el marco graduado según el meridiano de Tenerife. Esto sucede en la carta de la costa de España en el Mediterráneo y, también, en la más detallada de la costa de Asturias. En ellas se lee claramente que la longitud del meridiano de Tenerife es de 10º22’ oeste de Cádiz.
Teniendo en cuenta la posición que ya hemos calculado para el antiguo meridiano de Cádiz a 6º17’14,025’’ oeste del meridiano de Greenwich, la longitud del antiguo meridiano de Tenerife será 16º39’14.025’’ oeste de Greenwich (-16,653895833333300 grados decimales). A 1º0’50,235’’ del de la isla de El Hierro.
1. Iliffe, J. y Lott, R. (2000). Datums and Map Projections For Remote Sensing, GIS and Surveying. Dumbeath, Scotland, Whittles Publishing, 160pp, p. 21 y ss.
2. Iliffe, J. y Lott, R. (2000). Datums and Map Projections For Remote Sensing, GIS and Surveying. Dumbeath, Scotland, Whittles Publishing, 160pp, p. 21 y ss
3. Service de Géodésie et Nivellemet-IGN. Quelle est la différence entre le méridien de Greenwich et le méridien de Paris?. Consultado el 29/04/2015 en http://www.ign.fr/
4. Lagarde, Lucie (1979). Historique du problème du Méridien origine en France. En: Revue d´histoire des sciences. 1979, Tome 32, n°4. pp. 289-304.
5. Lagarde, Lucie (1979). Historique du problème du Méridien origine en France. En: Revue d´histoire des sciences. 1979, Tome 32, n°4. pp. 289-304.
6. Doble Gutiérrez, S. (2010). La estandarización del meridiano de Greenwich. Consultado el 28/04/2015, en http://www.divulgameteo.es
7. González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp, p. 153
8. Cano, J.M. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo II: `Catálogo de las cartas náuticas publicadas´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, p. 12
9. González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp, p. 152-155
10. Lafuente, A. y Selles, M. (1988). El Observatorio de Cádiz (1753-1831). Madrid, Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, 469pp, p. 305 - 308
11. Lafuente, A. y Selles, M. (1988). El Observatorio de Cádiz (1753-1831). Madrid, Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica, 469pp, p. 311
12. Reproducido en: González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp, p. 129
13. Consultar en: Cano, J.M. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo II: `Catálogo de las cartas náuticas publicadas´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, p. 402
14. Cruz Sánchez, T. (consultado el 09/04/2015). El guardián del tiempo. Real instituto y observatorio de la Armada. Consultado en Uciencia. Universidad de Málaga, http://www.uciencia.uma.es/Revista-Uciencia
15. Reproducido en: González, F.J. y Martín-Meras, L. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo 1: ´Historia de la Cartografía Náutica en la España del siglo XIX´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG, 252pp, p. 155
16. Tofiño de San Miguel, V. (1789). Atlas Marítimo de España. Madrid, Depósito Hidrográfico. Ejemplar en la Biblioteca Nacional de España, signatura GMG/122
Cano, J.M. (2003). La Dirección de Trabajos Hidrográficos (1797 - 1908), Tomo II: `Catálogo de las cartas náuticas publicadas´. Madrid, Lunwerg Editores – Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica – Ministerio de Fomento. CNIG
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