ATLAS DE ESPAÑA Y SUS POSESIONES DE ULTRAMAR DE FRANCISCO COELLO (Mapas provinciales de España)
TÍTULO |
ATLAS DE ESPAÑA Y SUS POSESIONES DE ULTRAMAR. (Mapas provinciales de España). |
TIPO DE DOCUMENTO ORIGINAL | Colección de 47 láminas sueltas, publicadas en distintas fechas, con el siguiente contenido:
- 4 láminas de dos mapas provinciales divididos en dos hojas: la entonces provincia única de Canarias y la de Zaragoza. La mitad de una de las láminas de Zaragoza contiene la primera “hoja de suplemento”, con información complementaria sobre Aragón. - 8 láminas para completar los 5 mapas de las posesiones españolas en ultramar: el mapa de Cuba en 2 hojas, el de Filipinas en 3 hojas, el mapa de Puerto Rico, el de las posesiones de África (en su costa septentrional y en el golfo de Guinea) y el de las posesiones del Pacífico con las Islas Marianas, Palaos y Carolinas. - 3 láminas con la segunda, tercera y cuarta hojas llamadas “de suplemento”, que contienen información diversa sobre Andalucía, Castilla la Nueva y León-Extremadura, respectivamente. Incluyen planos de varias poblaciones y de sus “contornos” o alrededores. - 1 lámina con el plano de Madrid. - 1 mapa general de España a pequeña escala. Las hojas de tamaño uniforme de 120,5 x 90,5 cm se ofrecían en varias presentaciones
- Cortadas en 32 cuarterones de 20,7 x 12,5 cm, enteladas y plegadas en un estuche. - Sin doblar, impresas en papel de mayor gramaje (“papel grueso” o “gran papel”) |
AUTORES | Francisco Coello de Portugal y Quesada (1822-1898) Pascual Madoz Ibáñez (1806-1870) escribió las notas estadísticas e históricas que acompañan y rodean profusamente cada mapa. De hecho, el Atlas fue concebido por Madoz como parte del su monumental Diccionario Geográfico- Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar |
FECHA EDICIÓN | En 1847 se editó el primer mapa correspondiente la provincia de Madrid. En 1870 apareció la última lámina del Atlas que llegó a publicarse: la del mapa de la provincia de Oviedo. En 1876 se imprimieron algunos ejemplares del mapa de la provincia de Albacete calificados como pruebas de imprenta |
ORGANISMO PRODUCTOR / EDITOR | El Atlas fue editado por la empresa que formaron Pascual Madoz y Francisco Coello y que tuvo su sede en el domicilio de éste último en Madrid, en la calle Cervantes nº 5 A pesar de ser fruto de la iniciativa privada, el Atlas recibió un claro apoyo oficial, concretado en diferentes ayudas y subvenciones económicas y en la facilidad de acceso a datos de algunas instituciones |
AUTORES SECUNDARIOS | El Atlas de Coello fue, fundamentalmente, una obra de recopilación. Más adelante, se referirán los autores de las fuentes en las que se apoyó y que aparecen convenientemente citados en cada uno de sus mapas. Ahora haremos mención a quienes realizaron trabajos cartográficos exprofeso para el Atlas, sobre todo a los que Coello cita como sus “comisionados”, empleados de la empresa que recorrieron el país recopilando información, elaborando numerosos planos de ciudades, completando las triangulaciones o las observaciones astronómicas en las zonas no cubiertas por las disponibles y realizando reconocimientos en las zonas carentes de datos suficientes. Conocemos las aportaciones de varios de ellos a través de los textos de las hojas del Atlas: Martín Ferreiro (Madrid, 1830-1896), Maximiliano Hijón (Logroño, 1817-1890) y José Pilar Morales son citados en numerosas ocasiones, Quirico López y José Sáenz Díez con menos frecuencia. Además, existieron otros, algunos calificados como “antiguos comisionados” o “comisionados primitivos”, cuyos nombres parecen eliminados por Coello por causas que nos son desconocidas. La lista de grabadores que aparecen en las láminas llega a la veintena, diferenciándose los que estaban especializados en los textos, de los que se encargaban de la topografía o los que realizaban los contornos. Destacaremos los que realizaron mayor número de láminas: Pierre-Adolphe Bacot grabó la mayor parte de los textos – hasta 33 láminas –, Charles Lecrercq y Esteban Desbuissons colaboraron en 29 y 11 hojas respectivamente, especializándose el primero en los contornos. La participación de grabadores españoles fue menor, limitándose al grabado de la topografía. Camilo Alabern i Casas la realizó en 5 hojas y Francisco Pérez Barquero en 6, siendo citado este último en la nómina de los “comisionados” de la empresa. El propio Coello dirigía las tareas de grabado, aunque en algunas de las hojas delegó esta labor en sus comisionados. Juan Noguera estaba especializado en este trabajo, que realizó en 13 hojas. El ya citado, José Sáenz Díez, lo hizo en dos de ellas. |
ÁMBITO REPRESENTADO | El plan inicial de la obra pretendía cubrir todas las provincias españolas más los territorios llamados de ultramar pertenecientes entonces a la corona española: Cuba, Puerto Rico, Filipinas, otras posesiones del pacífico y las posesiones de África. Las posesiones del Pacífico incluían los archipiélagos de las Marianas, Palaos y las Carolinas, comprendiendo toda la Micronesia y una pequeña parte de la Polinesia. Actualmente, las islas Marianas con Guam y la isla Wake dependen de los Estados Unidos de América, el archipiélago de Palaos constituye la República de Palaos, las antiguas Carolinas forman hoy varios estados independientes: los Estados Federados de Micronesia, la República de las Islas Marshall y la pequeña República de Nauru. Además, El mapa incluía el archipiélago de Gilbert en las Carolinas orientales; actualmente, este archipiélago forma parte de la República de Kiribati en la Polinesia. El mapa de las posesiones de África comprendía dos áreas geográficas. Por un lado, la costa septentrional del continente con Ceuta, Melilla, el peñón de Vélez de la Gomera, el Presidio de Alhucemas y las Islas Chafarinas. En la otra mitad de la hoja se recogían las posesiones del Golfo de Guinea, que incluían las islas de Fernando Poo – hoy Bioko –, Corisco y Annobon que en la actualidad son parte de la República de Guinea Ecuatorial. También incluía las islas de Santo Tomé y del Príncipe, pertenecientes entonces a Portugal y que ahora forman la República Democrática de Santo Tomé y Príncipe. Se llegaron a publicar todas las hojas de los territorios de Ultramar y las de 31 provincias españolas de las 49 que existían entonces: las Islas Canarias formaban una sola provincia que se dividió en 1927, el resto, desde 1833 tenían prácticamente la misma configuración y límites que las actuales. Los archipiélagos balear y canario quedaron completos. De la mitad norte de España solo faltó editar los mapas de León, Huesca, Lérida, Guadalajara y Teruel. Por el contrario, de la mitad sur de la península solo llegaron a publicarse cuatro provincias: Huelva, Cádiz, Almería y Alicante. De las provincias de Cáceres, Badajoz, Toledo, Cuenca, Ciudad Real, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada, León y Guadalajara se encuentran planos de algunas capitales y poblaciones en varias hojas llamadas de suplemento. Además, se conservan algunas pruebas de imprenta del mapa de la provincia de Albacete, que no llegó a publicarse. La Cartoteca de la UAM dispone de un ejemplar de esta provincia. |
ESCALA Y UNIDADES | Los mapas provinciales se realizaron a escala 1:200.000, salvo el de las islas Canarias que tenía una escala 1:280.000 para mantener el tamaño de las hojas. En los mapas de los territorios de ultramar, se utilizó la escala 1:1.000.000 y en el mapa general de España la escala 1:2.000.000, aunque está basado en un mapa que Coello había publicado a escala 1:1.000.000, independiente del Atlas, que también hemos incluido en este visor. En las hojas de cada provincia se incluyen ampliaciones, casi siempre a escala 1:100.000, de los alrededores de su capital y, a veces, los de otros detalles generalmente a escala 1:50.000. También, se incluye el plano de la capital de la provincia, usualmente a escala 1:10.000, y los de otros núcleos de población importantes que suelen recogerse a escala 1:20.000. Se alcanza un número de 223 planos urbanos El contenido de las hojas correspondientes a los territorios de ultramar no sigue este esquema y se adapta a la configuración heterogénea de los territorios representados. Por ejemplo, en la hoja de las posesiones de África hay mapas generales para la localización de las distintas islas o territorios a escala 1:1.000.000; mientras que en la del Pacífico, el mapa de localización tiene que reducirse hasta la escala 1:10.000.000. En todas las hojas, se dibujan varias escalas gráficas en hasta tres tipos de leguas – legales, de camino real y de 24.000 pies –, en millas marítimas y, desde 1862, en kilómetros. También hay varias escalas gráficas en pies para los planos de detalle. En 1849, se publicó un Real Decreto declarando un único sistema de medidas y pesas, basado en el metro, para todos los dominios españoles, siendo ministro de comercio, instrucción y obras públicas Juan Bravo Murillo |
DISTRIBUCIÓN DE HOJAS | Todas las hojas del Atlas de España y sus posesiones de Ultramar tenían un tamaño de papel homogéneo para facilitar el trabajo editorial El ámbito cartografiado en cada hoja suele exceder en algunos kilómetros el límite provincial, presentando un ligero solape con las provincias adyacentes. Sin embargo, cada mapa se construyó independientemente del resto y la información disponible podía variar en el momento de formación de cada uno de los mapas colindantes. Además, Coello no llegó a realizar una red de triangulación única y compensada, de tal manera que no existe verdadera continuidad entre los mapas a pesar de su solapamiento. |
ELEMENTOS CARTOGRAFIADOS Y TIPO DE REPRESENTACIÓN | Los mapas provinciales incluyen una leyenda de entre 43 y 54 signos convencionales (18 en Canarias, cartografiadas a menor escala) referidos a las poblaciones, las edificaciones aisladas, la red de comunicaciones, la hidrografía con sus obras asociadas, los límites administrativos, los peligros para la navegación (en las provincias costeras), los usos del suelo y los puntos de control geodésico-astronómico. También se incluyen claves alfabéticas para la interpretación de la toponimia y otras cuestiones como los materiales del fondo marino en las costas. El relieve está representado mediante curvas de configuración. Algunos puntos acotados con alturas sobre el nivel del mar en pies castellanos. Batimetría por puntos de sonda en brazas y pies. Los planos de poblaciones incluyen sus propias claves numéricas con relación de topónimos. |
FECHA DE LOS DATOS | Desde principios del siglo XIX hasta la década de 1870. En ocasiones, se utiliza cartografía de la segunda mitad del siglo XVIII. Las fuentes utilizadas por Coello fueron muy diversas, como se puede ver el apartado referido a los “métodos de posicionamiento y fuentes de información”, abarcando un largo periodo temporal. Además, los reconocimientos y campañas de recogida de datos sobre el terreno, realizados por los comisionados de la empresa del Atlas, se iban produciendo a medida que la construcción de los mapas lo fue requiriendo. Se extendieron desde antes de la publicación de la primera hoja en 1847, hasta tiempo después de que viera la luz la última, que se pudo dar a la imprenta en 1870. |
SISTEMA DE PROYECCIÓN ORIGINAL | Es sabido que Coello utilizó la proyección de Bonne Coello situó el meridiano central de la proyección de Bonne en el observatorio de Madrid. Pero no es fácil deducir en qué latitud fijó su paralelo estándar. Hemos obtenido buenos resultados con el paralelo 60ºN. |
DATUM/FIGURA DE REFERENCIA | No se indica. Pero no es descabellado suponer que Coello pudiera utilizar el mismo elipsoide de Plessis con el que se construían las Cartas de Estado Mayor del Depôt de la Guerre. |
RETÍCULA Y MARCOS GRADUADOS. MERIDIANO ORIGEN | Todos los mapas provinciales tienen una malla de medianos y paralelos de 30 minutos, de poca densidad para mapas a esta escala. Su origen de latitudes está en el Ecuador y el de longitudes en el meridiano del Observatorio de Madrid, situado por el Instituto Geográfico Nacional a 3º41’16,58’’ oeste de Greenwich Los mapas tienen marcos graduados con divisiones de un minuto rotulados de cinco en cinco. Los planos de poblaciones y las representaciones gráficas de sus contornos o alrededores carecen de marcos graduados y de cualquier referencia a latitudes o longitudes. |
MÉTODOS DE POSICIONAMIENTO Y FUENTES DE INFORMACIÓN | En un texto que se suele titular “Advertencia”, se indica cuidadosamente en cada mapa cuáles fueron las fuentes utilizadas para su formación. En la pestaña de “comentario” realizamos una descripción y un análisis más pormenorizados de la cuestión de las fuentes cartográficas en esta época. Coello utilizó los trabajos geodésicos previos que pudo ir recopilando. Combinaban triangulaciones y observaciones astronómicas rigurosas, pero no llegaban a cubrir todo el territorio cartografiado en el Atlas. Son los siguientes:
- Triangulaciones de Domingo Fontán para su Carta Geométrica de Galicia. Esta carta se realizó entre 1817 y 1834 y fue publicada en 1845. - Triangulaciones realizadas para la medida del meridiano de Dunkerke y la determinación del metro, realizadas en varias expediciones entre 1792 y 1808 en el arco mediterráneo y las Baleares. - Operaciones geodésicas en las costas para las cartas de la Dirección de Hidrografía. - Reconocimientos de las cadenas de triangulación de España. Proyecto de lento avance, iniciado tras la constitución de la Dirección del Mapa de España del Ministerio de Fomento en 1853, cuyos trabajos, aún incompletos, Coello pudo utilizar solamente en algunos de los mapas editados a partir de 1860. - Algunas triangulaciones de menor extensión y procedencia diversa densificaban en parte las anteriores, llegando a completar pequeñas áreas no cubiertas por ellas. Citaremos algunas operaciones trigonométricas realizadas por los ejércitos franceses, o las realizadas para los mapas geológicos de Madrid y León, entre otras. El ajuste completo de todos estos datos tan heterogéneos resultaba prácticamente imposible. El resultado es que cada uno de los mapas provinciales carece de continuidad geométrica con los adyacentes. Una vez fijados los puntos principales, la información de detalle para cubrir el territorio de cada provincia se obtuvo también de las fuentes diversas que Coello iba teniendo disponibles a medida que avanzaba la elaboración del Atlas:
- Planos de carreteras, canales, obras hidráulicas y vías de ferrocarril, construidas o proyectadas. Aparecen como fuentes consultadas para la elaboración de hasta 24 mapas del Atlas. - La Carta Geométrica de Galicia de Domingo Fontán, así como otros mapas “formados también con triangulación” como el Mapa provincial de Vizcaya de Víctor de Munibe y varios que cubrían la mayor parte de la provincia de Logroño. - Mapas, croquis y bosquejos provinciales, publicados o manuscritos, formados sin una base geodésica clara. Uno de los mejores y más útiles para Coello fue el Mapa Topográfico de la provincia de Oviedo publicado en 1855, obra de Guillermo Schulz. También el Mapa de la provincia de Guipúzcoa de 1836 de José de Olazábal y Francisco de Palacio, aunque estaba “mal grabado en piedra”. Otras provincias contaban con mapas o croquis de menor calidad: El mapa de la provincia de Tarragona, publicado por José Criviller y José Ruiz en 1845, el de la provincia de Álava de Martín Saracíbar, una carta de la provincia de Zamora, los bosquejos provinciales de Burgos y de Huelva. Además, encontramos mapas y bosquejos parciales de menor extensión en numerosas zonas: el Maestrazgo, el partido de Bermillo de Sayago, la península de Morrazo, la Isla de Mallorca, la comarca de Limia, entre muchas otras. - Mapas, reconocimientos e itinerarios realizados por oficiales del ejército. Coello los obtuvo del Depósito General Topográfico de Ingenieros, cuerpo al que pertenecía y de cuyo Jefe, el Ingeniero General Zarco del Valle, siempre obtuvo apoyo. Sin embargo, el acceso a los más abundantes fondos del Depósito de la Guerra le fue negado hasta el año 1860 - Cartografía de las zonas fronterizas. Coello contaba con mapas de toda la frontera portuguesa de mediados del siglo XVIII del militar Antonio de Gaver - Cartas de la costa, fundamentalmente de la Dirección de Trabajos Hidrográficos. Son citadas en los mapas de Galicia, las Baleares, Almería y Cádiz. |
PROCEDENCIA DEL DOCUMENTO | Cartoteca Rafael Mas de la Universidad Autónoma de Madrid y colección particular de Javier Espiago (los mapas de Asturias y Santander). |
DIGITALIZACIÓN | Cartoteca Rafael Mas y Servicio de Cartografía de la UAM. Formato: TIFF. Fecha de digitalización: Entre 2006 y 2009. Resolución: 600 dpi. Asturias a 300 dpi. Modo de color: RGB. |
EDICIÓN CARTOGRÁFICA DIGITAL | Las imágenes cubren las láminas completas incluyendo, además del mapa de la provincia, otros planos, mapas de detalle, notas y cuadros de texto que se han mantenido en las imágenes finales.
Georreferenciación: El procedimiento de georreferenciación que venimos empleando solo es aplicable a los mapas provinciales del Atlas. Los planos y contornos, por el momento, carecen de versión georreferenciada.
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ACCESO WMS | A través de los servicios WMS del Servicio de Cartografía de la Universidad Autónoma de Madrid (SCUAM), en la URL: Los 32 mapas provinciales impresos han sido incorporados a este servicio WMS, cada uno en una capa independiente, con el nombre 'Coello_prov_nombre de provincia_año de publicación' |
Valoración
El Atlas de España y sus posesiones de Ultramar fue concebido inicialmente por Pascual Madoz como la base cartográfica de su monumental Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico. A principios de la década de 1840, conoce a al joven ingeniero militar Francisco Coello y lo implica en su proyecto
Tras el paréntesis de Fernando VII a principios de la centuria, la construcción del nuevo Estado-nación liberal va tomando forma a lo largo del siglo XIX, siguiendo el ciclo político europeo. Las grandes reformas territoriales, administrativas, electorales, económicas y fiscales necesitaban de un conocimiento del territorio, de su riqueza y de su población, es decir de lo que entonces se conocía como estadística
Este Atlas significó un gran avance cartográfico en España, nada parecido se había realizado hasta entonces. Su escala 1:200.000 permitía situar la práctica totalidad de las poblaciones, tal y como requería el Diccionario Geográfico. El amplio catálogo de elementos representados, recogidos en su completa leyenda, lo equiparaba a la cartografía básica que se estaba elaborando en Francia y en otros países europeos, además, su representación del relieve no se había acometido nunca antes de manera tan completa en España. Sin embargo, aún quedó lejos ser la cartografía de propósito general de la que carecía el país. Solo se llegaron a completar 31 de las 49 provincias que existían entonces, cubriendo escasamente la mitad del territorio peninsular. Lo que iba a ser una obra realizada en pocos años se alargó por más de veinticinco y quedó inconclusa. Su otra gran deficiencia fue que adoleció de un muy endeble ajuste geodésico, lo que en su época ya no estaba justificado para un mapa de estas características. Coello utilizó triangulaciones y operaciones geodésicas de diversa procedencia que no cubrían todo el territorio ni llegaban a conectarse correctamente entre sí. Su empresa no contaba con los medios para realizar una red de triangulación propia que conectara toda España, de modo que realizó ajustes parciales de los datos geodésicos a los que pudo acceder en cada provincia. Por tanto, cada mapa provincial resulta ser un mapa aislado, sin continuidad geométrica con los de las provincias adyacentes, y con un rigor posicional muy desigual dependiendo de la calidad de las fuentes utilizadas.
Las fuentes del Atlas. Panorama sobre la cartografía de mediados del siglo XIX en España
Coello, en un texto que suele titular como ”Advertencia”, indica cuidadosamente en cada mapa del Atlas cuáles fueron las fuentes en las que se apoyó para su construcción. Solamente los mapas de Alicante, Salamanca y Zaragoza carecen de esta información. Consultando los textos de advertencia, se obtiene un completo panorama sobre la disponibilidad y la fiabilidad de los datos cartográficos en la España de mediados del siglo XIX.
En esta época, la formación de cartografía rigurosa ya exigía un apoyo geodésico, complementado con observaciones astronómicas. Coello pudo acceder a triangulaciones y operaciones geodésicas para la mayor parte del territorio que cartografió. Ordenadas según la importancia de su extensión, son las siguientes:
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