MAPA ITINERARIO MILITAR DE ESPAÑA. Formado por el Estado Mayor del Ejército. Escala 1/500.000. Año 1865.
INFORMACIÓN CARTOGRÁFICA Y DOCUMENTAL | |
TÍTULO COMPLETO |
MAPA ITINERARIO MILITAR DE ESPAÑA. |
AUTOR | El Cuerpo de Estado Mayor del Ejército. |
FECHA DE EDICIÓN | 1865 |
ORGANISMO PRODUCTOR / EDITOR | Formado por el Cuerpo de Estado Mayor del Ejército y publicado por el Depósito de la Guerra. |
AUTORES SECUNDARIOS | El Director general del Cuerpo, teniente general D. Eusebio de Calonje (Eusebio de Calonge y Fenollet). El Jefe del Depósito, brigadier D. Francisco Parreño (Francisco de Paula Parreño y Lobato de la Calle). |
ESCALA Y UNIDADES: | Escala 1:500.000. Unidades de la escala en kilómetros. |
ÁMBITO REPRESENTADO | España. Aparecen representados sin el mismo nivel de información Portugal, el sur de Francia y el norte de África. |
DISTRIBUCIÓN DE HOJAS | Mapa distribuido en 20 hojas. La cartela ocupa la hoja 16. En el ejemplar utilizado falta la hoja 20 correspondiente a las Islas Canarias orientales. |
TIPO DE DOCUMENTO ORIGINAL | Litografía en papel a tres tintas (negro, azul y rojo). |
TAMAÑO ORIGINAL | Hojas de 40 x 60 cm con marco de 46 x 66 cm en hojas de papel de 61 x 80 cm. |
ELEMENTOS CARTOGRAFIADOS Y TIPO DE REPRESENTACIÓN | El principal objetivo del mapa son las comunicaciones con especial atención a la red viaria que aparece jerarquizada y con distancias kilométricas. Las comunicaciones Incluyen las líneas marítimas, las estaciones de ferrocarril y las telegráficas. Los núcleos de población también tienen especial atención: son clasificados y simbolizados según sus defensas y atendiendo a su número de vecinos. Se representan además los límites administrativos hasta el nivel provincial, recogiéndose los de carácter militar. También se representa la hidrografía con suficiente detalle. El relieve no está representado salvo por su toponimia. |
FECHA DE LOS DATOS | Aproximadamente, 1847 a 1864. Desde 1847 existían instrucciones precisas para que los itinerarios descritos por los oficiales de Estado Mayor incluyeran reconocimientos cartográficos Datos de población de los censos oficiales publicados en 1858 y 1863. |
SISTEMA DE PROYECCIÓN ORIGINAL | Proyección de Flamsteed modificada. Conocida actualmente como proyección de Bonne |
DATUM/FIGURA DE REFERENCIA | No se indica. |
RETÍCULA Y MARCO GRADUADO. MERIDIANO ORIGEN | Malla de meridianos y paralelos de 1º. Marco con subdivisiones de 5’. Origen de latitudes en el ecuador y de longitudes en el Meridiano de Madrid. |
MÉTODOS DE POSICIONAMIENTO Y FUENTES DE INFORMACIÓN | Atendiendo a lo indicado en la cartela, los puntos y pueblos más notables se posicionaron mediante observaciones astronómicas y triangulaciones. La hidrografía y los límites administrativos se obtuvieron de la cartografía previamente publicada. Los ferrocarriles, recopilando su cartografía propia. El resto de elementos se situaron a partir de los reconocimientos sobre el terreno de los itinerarios militares. Estas observaciones incluían levantamientos topográficos pero también reconocimientos a la vista. |
PROCEDENCIA DEL DOCUMENTO | Biblioteca Regional de Madrid — Signatura: Mp.XXXVII/1. Descargado de http://www.bibliotecavirtualmadrid.org/. |
DIGITALIZACIÓN | Biblioteca Digital de la Comunidad de Madrid. Formato: PDF. Fecha de digitalización: diciembre 2010. Fecha de descarga 07-05-2014. Resolución: 75 píxeles/cm. Modo de color: RGB. |
EDICIÓN CARTOGRÁFICA DIGITAL | Servicio de Cartografía de la Universidad Autónoma de Madrid. Georreferenciación:
- Georreferenciación en el sistema de proyección original (Proyección de Bonne con origen en el meridiano de Madrid a -3,6879388888888891 grados decimales de Greenwich) deduciendo por aproximación que el paralelo estándar es el de 35ºN y el elipsoide podría ser el de Airy de 1830. Los puntos homólogos se sitúan en los cruces de meridianos y paralelos y se emplea una transformación polinómica de primer orden. El error medio de posición de los puntos homólogos es de 264 m (RMS error). - El resultado obtenido se ajusta por triangulación a la malla teórica de meridianos y paralelos y a las esquinas deducidas estadísticamente para la malla de hojas. - Mosaico de todas las hojas en un único fichero. - El mosaico se transforma al sistema de referencia UTM huso 30 datum ETRS89. Resolución sobre el terreno: 67,71 m. Ajustes de color: -Corrección selectiva de los colores de cada hoja para homogeneizar el mosaico. Correcciones sobre selecciones parciales en la zona marina. -Máscara de enfoque ligera para resaltar textos y símbolos lineales. |
Valoración
Este es el primer mapa completo del interior del país editado por un organismo oficial español. La Dirección de Hidrografía se ocupaba de las cartas náuticas muy apropiadamente desde que en 1789 se editó el Atlas Marítimo de Vicente Tofiño, pero no existía nada equivalente para la cartografía terrestre. Los deficientes mapas del Atlas de Tomás López, a los que un encargo de Manuel Godoy dotaba de cierto marchamo oficial
El Depósito de la Guerra
En el Cuerpo de Estado Mayor del Ejército, el Depósito de la Guerra
El Depósito de la Guerra dependía de la Dirección General del Estado Mayor y se surtía de los oficiales del Cuerpo de Ingenieros cuyo jefe era el Ingeniero General. En ocasiones, esta doble dependencia era fuente de conflictos puesto que ambas jefaturas no siempre estuvieron de acuerdo ni siguieron los mismos criterios en lo referente al Depósito. El Cuerpo de Ingenieros se creó en 1711 pero la formación de sus oficiales no estuvo claramente regulada ni fue del todo eficaz hasta 1803 con la fundación de la Academia de Ingenieros del Ejército
Los itinerarios militares
La principal labor cartográfica del Depósito de la Guerra fue la elaboración de los llamados itinerarios militares
Son planos manuscritos en color de una franja de terreno a ambos lados de la ruta. Recogen, a escala 1:20.000, una imagen muy expresiva y detallada del territorio: poblaciones con su callejero, parcelario aparente con usos del suelo, caminos e hidrografía muy detallados, relieve cuidadosamente expresado mediante normales, numerosos topónimos. No tienen coordenadas y no parecen realizados con una proyección reconocible. Cada itinerario se presenta dividido en una serie de hojas de 10 por 10 minutos cuya disposición se expresa en una Carta de Reunión de los Reconocimientos Itinerarios que se imprimió en la litografía del Depósito de la Guerra en 1857 a escala aproximada 1:1.800.000. Muchas de estas hojas se conservan en la cartoteca histórica del Servicio Geográfico del Ejército. Estos planos acompañaban y complementaban al texto descriptivo del itinerario. En 1867 se terminó la publicación del Itinerario Descriptivo militar de España en 8 tomos con el texto de 1.200 itinerarios.
Poco antes, en 1865, se había editado el Mapa Itinerario Militar de España incluido en este visor que ofrecía una visión general de todos ellos, ayudando a la lectura y la interpretación de los textos.
Antecedentes
Ya se habían editado otros mapas de itinerarios o de caminos de España con anterioridad. Los primeros son los sencillos y poco precisos mapas de “carreras de postas” que se realizaron en el siglo XVIII a medida que los gobiernos ilustrados reformaban el servicio de Correos. Tampoco tienen mucho que ver con el que nos ocupa aquellos incluidos en las obras de los viajeros europeos que recorrieron la Península a finales del siglo XVIII y principios del XIX, como el Barón de Bourgoing
Con estas mismas características generales pero de mayor calidad son los mapas del Atlas de Alexandre Laborde
La guerra de la independencia puso de manifiesto la ausencia de información cartográfica fiable para el desplazamiento de los ejércitos y el desarrollo de las operaciones militares: la cartografía más completa disponible era la muy poco rigurosa de Tomás López. Precisamente, la creación del Depósito de la Guerra pretendía cambiar esa situación, pero las dificultades de la guerra encaminaban las prioridades del ejército español hacia otros frentes más urgentes. Fueron los ejércitos ingleses y, sobre todo, los franceses los que destinaron medios más adecuados a la formación de cartografía, realizando numerosas observaciones, itinerarios e incluso trabajos geodésicos
Estos avances pronto tuvieron eco en la aparición de nuevos mapas de comunicaciones de mayor calidad que los anteriores: destacaremos una Carte des Routes de Postes et Itinéraires D’Espagne et de Portugal a escala aproximada 1:2.500.000, publicada en 1810 en París por CH. Picquet y dibujada por P.M. Lapie.
En la misma fecha, también encontramos A New Map Of Spain And Portugal. Exhibiting the Chains of Mountains with their Passes, the Principal and Cross Roads with other Details for the Intelligence of Military Operations compilado por J. Nantiat y publicado por W. Faden en Londres a escala aproximada 1:1.000.000 en cuatro hojas. En este caso con un interés especial en la descripción del relieve.
Sin embargo, cuando en 1823, un ejército francés invade de nuevo España, en esta ocasión para restablecer la monarquía absolutista de Fernando VII, debe realizar otra vez sus propios trabajos cartográficos. Poco se había avanzado desde el final de la guerra de la independencia, aunque sí en la buena dirección: Domingo Fontán había iniciado la triangulación para su Carta Geométrica de Galicia, el que sería el primer mapa terrestre ‘moderno’ con triangulación geodésica y medición de bases, realizado en España por iniciativa española. Pero todavía se encontraba en sus fases iniciales y se trataba, además, de un proyecto de carácter casi individual referido únicamente a una parte del país. Por otro lado, Felipe Bauzá desde la Dirección de Trabajos Hidrográficos, había comenzado la elaboración de un Mapa de España equivalente a las cartas del Atlas Marítimo apoyado por el nuevo gobierno del Trienio liberal
Once ingenieros geógrafos del Depôt de la Guerre , algunos de los cuales ya habían estado aquí en la guerra de la independencia, formaron el nuevo gabinete topográfico del ejército francés en España. Se continuaron algunos de los trabajos que quedaron sin concluir en 1814 y se realizaron numerosos itinerarios militares con cartografía topográfica levantada casi siempre ‘a la vista’ a escala 1:20.000
El mismo año 1823, el Depôt editó la Carte Itineraire de l’Espagne et du Portugal a escala 1:740.000 en cuatro hojas, precedente directo del mapa que nos ocupa y que también está incluido en este visor.
La campaña de ocupación de las tropas francesas terminó oficialmente en 1827, aunque la permanencia de sus oficiales en trabajos de colaboración con el ejército español, incluidos los cartográficos, alcanzará los primeros años de la década de 1840
Los datos obtenidos por los oficiales franceses permitirán a sus compatriotas editar nuevos mapas sobre España, alimentando al poco surtido mercado español de cartografía. En 1841, el cartógrafo francés Auguste Henri Dufour publicó en París un Mapa General de Caminos de España y de Portugal
El Depósito de la Guerra y los avatares del Mapa de España
El primer ministro Floridablanca se lamentaba en 1789 por no contar con un mapa terrestre de la misma categoría que el Atlas Marítimo de Tofiño y recomendaba a la corona que “continúe esta insigne obra […] penetrando el reyno por varias partes, describiendo chorographicamente sus interioridades […]”
Había habido intentos oficiales de superar los poco rigurosos mapas de Tomás López pero en 1844 aún se puede encontrar una edición
El Depósito de la Guerra fue el único organismo gubernamental español dedicado a la cartografía terrestre que estuvo permanentemente activo entre 1810 y 1865. Sin embargo, las competencias sobre el Mapa de España – lo que hoy llamaríamos competencias sobre la Cartografía Básica y su cartografía derivada – recayeron en el Depósito tan solo en algunos periodos, pasando en otras épocas a nuevos organismos del Ministerio de Fomento y aún del de Gobernación. Estos vaivenes competenciales demuestran la falta de un proyecto con continuidad suficiente, motivo del fracaso del Mapa de España en ésta época. Como veremos más adelante, las razones de esta falta de continuidad debemos buscarlas en cuestiones políticas de fondo, sustanciadas en los cambios de gobierno y en los intereses de los grupos sociales que les servían de apoyo. Aunque tampoco tendremos que perder de vista algún que otro interés individual.
Ya se ha recordado el primer intento riguroso de realizar el mapa de España iniciado en 1822 por parte de Bauzá desde la Dirección Hidrográfica con la colaboración de marinos y de ingenieros militares, y cómo el proyecto quedó truncado con la invasión de los Cien mil hijos de San Luis. Hasta 1840, desaparecido ya el régimen absolutista de Fernando VII, no volvemos a encontrar una ‘Comisión para la rectificación del Mapa’ de España
En 1853, año de gran inestabilidad política en los gobiernos del partido moderado, se produce un nuevo impulso para el Mapa. Se constituyó la 'Dirección del Mapa de España' en el ministerio de Fomento
La Vicalvarada de O’Donnell y Espartero puso fin a la década moderada abriendo un nuevo bienio progresista. Pascual Madoz fue nombrado ministro de Hacienda, para hacerse cargo de unas muy maltrechas arcas públicas. Puso en marcha la segunda Ley de Desamortización que sacó al mercado los suculentos bienes de propios y comunales de los ayuntamientos y que hizo fluir los fondos a las arcas del Estado. Además, reabrió la discusión sobre una nueva reforma tributaria y sobre la información - o como se decía entonces, la estadística - que debía servirle de soporte.Téngase en cuenta que, en esa época, la Contribución Territorial era el principal impuesto del Estado, tras la reforma tributaria del ministro Alejandro Mon de 1845. Se fijaba por el sistema de amillaramientos, basados en declaraciones de los propietarios y controlados por el poder local
El moderado Narváez vuelve a hacerse con el gobierno en 1856. Las competencias sobre el Mapa de España se desplazan de nuevo: Se crea la Comisión General de Estadística, dependiente directamente de la Presidencia del gobierno que se hace cargo de la “carta geográfica de España”
La Junta de la Dirección del mapa de España del ministerio de la Guerra seguía trabajando en la red geodésica y, en 1857, creó una comisión de Topografía Catastral, dirigida por el ingeniero militar Celestino del Piélago, que realizó ensayos en la provincia de Madrid
En junio de 1858 cayó el último gobierno moderado de esta etapa. Se hizo con el poder la Unión Liberal creada por O’Donnell, partido de carácter moderadamente progresista, que gobernó hasta 1863 en el que fue un periodo de recuperación económica y estabilidad. A fines de año, la Comisión de Estadística decidió por mayoría - con el voto de los geógrafos significadamente progresistas, Caballero y Coello entre ellos - que el catastro dejara de elaborarse por masas de cultivo en cada municipio, como se había iniciado, y pasara a ser un catastro cartográfico parcelario a gran escala
La ley de Medición del Territorio de 1859 vino a reforzar esta situación
La Comisión de Estadística continuaba afianzándose. Se reformó en 1861 y pasó a denominarse Junta General de Estadística. Tenía ahora cinco Direcciones, que la dotaron de un carácter más ejecutivo para centrarse en la realización del catastro parcelario
En 1865, Francisco Coello, responsable último de la cartografía de la Junta de Estadística, presentó finalmente el plan de realización del Mapa Nacional a escala 1:100.000 basado en la reducción e integración de las hojas kilométricas
Desde 1863 volvía a gobernar el partido moderado, pero en junio de 1865 cayó el gobierno de Narváez y O’Donnell recuperó el poder. Sin embargo, el nuevo poder emergente era el partido progresista radical del general Prim, que había optado por la vía insurreccional para llegar a gobernar ante la imposibilidad de contar con la confianza de la reina.
El año siguiente, 1866, todo cambió. En mayo se publica una Real Orden para el levantamiento topográfico de todos los límites de términos municipales: ante la falta de presupuesto, se detiene la realización de hojas kilométricas y se vuelve al catastro por masas de cultivo, ajustando sus superficies con la cartografía de los términos municipales en el denominado ‘Avance Catastral’
Narváez recupera el gobierno en junio nombrado por la reina para mejor reprimir una revuelta popular en Madrid. En este levantamiento, los progresistas radicales de Prim, tras sus repetidos fracasos en diversos golpes y pronunciamientos militares, se habían aliado por primera vez con los ‘demócratas’ (civiles republicanos y socialistas). En el nuevo gobierno de mano dura de Narváez encontramos a Eusebio de Calonje como ministro de Marina y de Estado y a Francisco Parreño como subsecretario de Guerra y ministro interino
El 31 de julio se dicta un Decreto suprimiendo las Direcciones Generales de la Junta de Estadística
En Agosto, pasan al Depósito de la Guerra las competencias sobre los trabajos geodésicos, que el mismo Depósito ya realizaba bajo la dirección de la Junta de Estadística y que continuarán avanzando poco a poco. A fines del año 1866, se trasladan las competencias sobre el Mapa de España al ministerio de la Guerra. El Cuerpo del Estado Mayor vuelve a ser el encargado de levantar este mapa a través del Depósito de la Guerra
El Mapa Itinerario Militar de 1865
Sirve de resumen a los planos de los itinerarios militares y aporta la visión general necesaria para ordenar la lectura e interpretación de sus textos, que terminarían de editarse en 1867 en el Itinerario Descriptivo militar de España
Los núcleos de población también tienen un tratamiento destacado, aunque solo se representan los que están situados sobre los itinerarios. Mediante compleja simbología se distinguen ciudades, villas, lugares y aldeas; se indica si son poblaciones abiertas o si están fortificadas o, al menos, amuralladas; hay símbolos específicos para las capitales de capitanías generales y de gobiernos militares, para los puntos de etapa de los itinerarios y para las poblaciones que poseen estación telegráfica. Otra información de gran interés para los desplazamientos militares, y también para el lector actual del mapa, son los datos de población, expresada mediante “números entre paréntesis situados al lado o debajo de los nombres de los pueblos”. Representan “la cifra inicial del vecindario que tienen los mismos el cual se halla además convencionalmente espresado por el carácter de la letra de dichos nombres habiéndose tomado de los censos oficiales publicados en 1858 y 1863”. Hay que acudir a la leyenda para reconocer cuándo estas cifras se expresan en millares, centenas o decenas.
Este mapa no tiene representación del relieve pero es interesante su tratamiento de la toponimia orográfica, los orónimos, textos en color rojo siguiendo el trazado de las supuestas líneas de cumbres o las intuidas divisorias de aguas. En esta época aún no se habían establecido los ampulosos nombres que recibirán más adelante los ‘sistemas’ montañosos de la península. Solo los Pirineos son percibidos como un conjunto, dividido en ”Pirineos Occidentales”, “Centrales” y “Orientales”. Curiosamente, desde la “Sierra de Ancares” a los “Picos de Europa” encontramos otra de las pocas referencias a conjuntos montañosos de orden superior: lo que en el mapa se rotula como ”Cordillera Pirenaica”. Denominación muy acertada si nos alejamos de las terminologías más subjetivas y atendemos a la clasificación genética, geológica, de la Cordillera Pirenaica en la obra Geología de España editada por J.A. Vera y publicada por Instituto Geológico y Minero y la Sociedad Geológica de España en 2004.
También aparecen referidos los dos conjuntos montañosos menos elevados de la Península y que más alejados están de lo que podría denominarse una cadena montañosa: los Montes de Toledo y, sobre todo, Sierra Morena. En esa época, aún constituían dos comarcas aisladas en las que se situaban dos de las menos conocidas divisorias de aguas de los ríos peninsulares principales. El resto de áreas elevadas son recogidas como una sucesión de “sierras” pequeñas y medianas, “montes” y “puertos”, aún muy en conexión con la toponimia local. Como cabría esperar en un mapa de comunicaciones, se incluyen abundantes nombres de pasos y collados.
Es un mapa de indudable valor, se trata del primer mapa completo del interior del país editado por un organismo oficial español. Sin embargo, todavía estaba lejos de constituir el esperado primer Mapa oficial de España porque carece información altimétrica y porque no cubre todo el territorio nacional. Los grandes espacios situados entre las vías de comunicación representadas quedan sin información sobre la configuración del territorio. Allí, únicamente, encontramos los ríos que, a medida que se acercan a sus cabeceras, presentan un dibujo más convencionalmente sinuoso. En 1878, el Depósito de la Guerra publicó una especie de actualización de este mapa titulándolo ’Mapa Mural de España y Portugal’ también a escala 1:500.000 e incluyendo el relieve mediante sombreado en color sepia. El primer mapa topográfico de España a pequeña escala del Instituto Geográfico se publicó bastantes años más tarde, en 1895, a escala 1:200.000 como Mapa Provincial
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